Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

lunes, 4 de mayo de 2009

Lo que me quede de tí

Confusa, ambigua, tan complicada. ¿Por qué mi mundo se empeña en dar tantas vueltas? Lo apresaría entre mis manos y lo instalaría sobre un eje que le impidiera salirse de su órbita. Pero mi mundo se empeña en girar a tu alrededor, a estremecerse cuando nuestros dedos se rozan en un desliz de aparente eventualidad. ¿Por qué tú? Ya me he preguntado esto en múltiples ocasiones pero, ¿qué hacer si es la causa del problema? El problema eres tú; el problema soy yo; es la situación que nos rodea. El problema lo es todo. Son tus palabras, tu sonrisa, tus ojos. Mi inseguridad, mis complejos, mi estupidez. La vida, los estereotipos y el tiempo. Todo se resume en una palabra. Imposible. Me imagino lo sencillo que sería para los dos que yo no me hubiera enamorado de ti. Nunca imaginé que conocería a alguien como tú; eres alguien tan especial que cuesta creer que eres de verdad. Y ahora, gasto las horas temblando, pensando en nuestro último encuentro e imaginando el siguiente. No quiero darme cuenta que pronto no habrá un próximo tropiezo y me quedaré esperando al fantasma de tu ausencia. Estoy tan segura de que conseguiré olvidarte que no me he planteado la nueva situación que me depara. Tres meses sin ti. Es la primera vez que esbozo de esta manera las circunstancias. Tres meses sin tus saludos, tres meses sin tu risa, sin tu dulce mirada, sin tu particular manera de ver el mundo. Solo me quedan 47 días de ti. La interminable cuenta atrás me martiriza con todas sus ganas. Por primera vez siento escalofríos que recorren mi cuerpo sin cesar. ¿De verdad estoy deseando que llegue ese ansiado 20 de junio? O tal vez lo único que quiero es estirar los días al máximo, como hice con aquellos seis segundos, que ahora parecen tan lejanos. La única certeza que tengo es que el fatídico día llegará. Y cuando eso ocurra tendré que tomar una decisión antes de que la distancia y la ausencia la tomen por mí. Y si ellas se encargan de tomarla, me resignaré a seguir dándole vueltas a mi tarado mundo rumiando lo que me quede de ti.

Enchufados a Ene