Houston, Houston, tenemos un problema. Esta relación se va a pique y nos estrellamos contra la inmensidad sideral. Nos envuelve una nebulosa de mentiras que corrompe poco a poco el chasis de nuestro amor. O por lo menos eso dicen los números, porque aquí solo hay restos de algo identificable. Por no quedar, ni se salvó la nostalgia. Un agujero negro se ha tragado los recuerdos. ¿Me recibes? Pues toma tus promesas que son inservibles, ni siquiera nos han salvado de la tragedia. No fallaron los cálculos, ni fueron los refuerzos. No son culpables las cifras o los procedimientos. Nosotros solo queríamos alcanzar la luna y fracasamos en el intento.
