Treinta y un textos en los que me he dejado la conciencia. Noventa y nueve noches en las que no me has dejado dormir. Nueve números que me han torturado día a día. Ciento veintisiete canciones que me recuerdan a ti. Cinco veces diarias para perderme en tus ojos. Seis segundos en los que dejé de respirar mi aire y me alimenté del tuyo. Veinte minutos a tu lado que me permitieron rozar el cielo con las manos. Dieciocho sollozos, doscientas lágrimas, doce mensajes que nunca se enviaron y uno que si lo hizo. Dos preguntas, cero respuestas y mil interrogantes. Ocho millones de ganas de ti. Quinientos besos al aire y ninguno en tu boca. Doscientas quince piezas por el suelo. Novecientas dos personas que se han impregnado de tu esencia. Tres miradas que me vaciaron por dentro. Tres segundos tu aliento quemándome el oído. Ciento noventa y tres; marcándome la vida. Dos llamadas sin perder, cuatro oportunidades que si perdí. Mil carcajadas a tu lado. Mil millones las que me esperan. Cero ganas de perderte. Quince segundos para reprimirme. Cien sonrisas con tu nombre. Veinte dibujos que huelen a ti. Cinco mil palabras: dos mil me hicieron volar, tres mil me devolvieron a la fría realidad. Ciento treinta caras, tres promesas y nueve roces. Dieciséis líneas que me están matando lentamente. Dos malditas palabras que no te he dicho.
Cien días para resumir tantas cifras.
Cien días para quererte en silencio.
Cien días para echarte de menos a pesar de que todavía estás aquí.
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¿Alguien se imaginó que pudieran caber tantas cosas en cien días?
En mis días contigo si.
