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jueves, 2 de abril de 2009

Obsesión

Obsesión. ¿Qué quiere decir esa palabra exactamente? Según el diccionario es una perturbación anímica producida por una idea fija o una idea que con tenaz persistencia asalta la mente. Pero yo quiero ir más allá del diccionario, más allá de los tópicos; quiero dar un salto y encontrarte. Real. Que no tenga que esconderme detrás de los estereotipos para hacerte creer lo que no soy. ¿Acaso da resultado? Sigo igual que al principio, lo único que he conseguido es un montón de ideas erróneas sobre mi misma. Intento hacerle creer a los demás cosas que son pura mentira para engañarme a mi misma. Una detrás de otra, me estoy construyendo una vida con farsas y las uno con disfraces que no me van a hacer diferente. ¿Quién soy yo? Es normal preguntárselo, tengo 15 años y ninguna experiencia en la vida. Estoy tan vacía como la cáscara de una nuez. A pesar de todo, la paranoia vive en mi cabeza dejándome confundida con cada sacudida que pega cuando, por una casualidad, tus ojos se cruzan con los míos. Y entonces me lamento, porque lo que para mi ha sido una explosión en mi interior para ti no es absolutamente nada. Vacío. Y así estoy. Ya he perdido la cuenta de los meses. La mayoría los he pasado inmersa en tu recuerdo. El simple hecho de pensar que esto va a acabarse pronto es suficiente para que mi pequeño órgano vital se retraiga, se oponga, lata con todas sus fuerzas como si quisiera salirse de mi pecho y saltar hacia ti. Gritarte lo que no te he querido ni susurrar hasta ahora, y luego marcharse airado buscando alguien menos cobarde para refugiarse en su cuerpo. Alguien que no necesite hacer creer a los demás que es otra persona. Alguien que no necesite escribir una sarta de tonterías por el mero hecho de acariciar las teclas. Alguien que sea capaz de mirar a los ojos a los demás y decirles que todo hasta ahora ha sido una colosal mentira.

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