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sábado, 4 de abril de 2009

Mi vida sin ti

He decidido imaginarme la vida sin ti. Así de sencillo. Despertarme por la mañana y no pensar que voy a verte. Dormirme y que no aparezcas ni una sola vez entre mis sueños. Sentarme frente al teclado y hablarle al Word de los temas frívolos e insustanciales que se encargan de llenar mi vida. Empezaría a contar los días, a saber en que época del año estamos, a recordar los cumpleaños de mis amigos. Volvería a centrarme en mis estudios y a no aislarme de la sociedad. Congeniaría más con las horquillas y probablemente cambiaria por completo mi manera de vestir. Incluso puede que abandonara esto, no me serviría de nada un lugar donde hablar de ti si no existes. Pero sobre todo cambiaría mi manera de ver el mundo. Ya no sería un lugar dónde hay una razón por la que abrir los ojos cada mañana; sería un lugar repleto de razones y pequeños objetivos por los que vivir. No habría un objeto que me mantuviera en vela las noches tristes o con el que fantasear en mis sueños las noches tranquilas; habría muchas cosas que me mantendrían viva, simples detalles que me ayudarían a comprender el sentido de la vida. Entes que se aferrarían a mis rutinas para hacerlas más amenas. Y probablemente encontraría a otro. Alguien que no fuera como tú, un espectro de algo imposible, una imagen en mi cerebro, un libro de miles de páginas llenas de te quieros ausentes que te he gritado en silencio. Alguien real. Y ya se acabó, no lo puedo soportar más. Si empezara a vivir esa vida no tardaría en echarme atrás y refugiarme en los recuerdos de cuando tú estabas; si no existieras volvería a inventarte. Haría todo lo necesario para que te convirtieras de nuevo en mi particular obsesión. Te necesito tanto como el aire que respiro y las palabras “Mi vida sin ti” bastan para que me eche a temblar y unas lágrimas me recorran las impotentes mejillas. No puedo imaginarme esa vida porque se va más allá de mi mortalidad. Más allá de lo real o lo ficticio; lo tangible y lo incorpóreo; lo vedado y lo lícito. Tú lo eres todo y si no existieras mi vida se iría contigo, sin razones para seguir adelante: sería un cuerpo sin alma ni sustancia.

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